Un día... ¿especial? [Mariella]

Pensé que no daría mucha importancia a mi comentario sobre la necesidad de tener un momento tranquilo para ambos. Pero como siempre, la curiosidad de Marie superaba mis expectativas, sonreí ante eso y rocé mis labios con los suyos al tiempo que ella lo hacia. -Es una nimiedad... -rodé los ojos y suspiré levemente sin dejar de sonreir. Dudaba que algún día me acostumbrase a estar así con alguien y mas siendo Marie ese alguien, se me antojaba demasiado perfecta para estar con alguien como yo. -Es simplemente que estos momentos así contigo me otorgan una seguridad y paz interior que nada mas puede... Incluso antes de todo esto, cuando simplemente hablabamos durante horas metidos en mi coche... -reí levemente al recordarlo y posé mis labios sobre los suyos besandola con levedad. -Es como si parasemos el tiempo y todo el universo desapareciese... -susurré sobre sus labios y separé mi frente de la suya. La miré a los ojos sonriente y me abracé del todo a ella, acomodandola en mi pecho mientras la rodeaba con mis brazos y bailábamos, ahora mucho mas lento y totalmente abrazados. -Por cierto... ¿vendrás a la fiesta de fin de año en la mansión? -pregunté al recordar todo lo que andaban organizando. -Después de estar en tu casa claro, no quiero que dejes a tu familia de lado por mi... -añadí rápidamente. Siempre me preocupaba del echo de que no dejase de lado a su familia o amigos humanos por andar con vampiros continuamente, o mas bien conmigo.

Pude revivir con total claridad aquel primer encuentro al verlo en la mente de Marie, que lo conservaba con total cantidad de detalles dentro de su memoria. Aquel día fue con diferencia uno de los mejores de toda mi existencia, se me hacía muy dificil mentir a Marie y al confesarle todo sentí como un alivio interior, además contra todo pronostico ella no se horrorizó huyendo de mi. Ese día hablamos durante horas, ya entonces la conexión entre ambos era innegable. -Es fascinante ver como los acontecimientos cambian el curso de la vida en un solo instante... -concluí sonriente mientras acariciaba su espalda y seguíamos bailando lentamente. -Marie, en mi familia estan encantados de que al fin no sea un solitario refunfuñón... -comenté algo divertido. La verdad era así, ellos siempre andaban en pareja y por mucho que no lo deseasen a veces se sentían culpables al estar encariñados cuando yo estaba solo. -Ademas tu jamás molestarías... Y quiero pasar contigo todo el tiempo del que disponga... -rocé mi nariz contra su mejilla en un gesto cariñoso y subí mis manos por su espalda abrazandola mas a mi. Recosté ligeramente mi cabeza junto a la suya mientras cerraba los ojos un instante. -A parte de toda la fiesta... Tengo una sorpresa para ti... -susurré divertido y reí por lo bajo.

Fruncí ligeramente el ceño mirando a Marie a los ojos en cuanto oí sus intenciones de irse rápido de su casa, no estaba de acuerdo con eso por el simple echo de que creía que debía estar con ellos, eran su familia al fin y al cabo. -Marie... quiero que pases tiempo con tu familia... Por mucho que te pelees con ellos, se que los quieres y ellos a ti... Tu padre solo os tiene a vosotras, sed buenas con él... -sonreí tiernamente y rocé mi nariz con la suya en un gesto cariñoso. Charlie no era posiblemente un padre pesado, pero si protector y se desvivia por sus hijas, bien que lo sabía cuanto las apreciaba, y no iba a ser yo quien alejase a una de ellas de su lado. -Te pasaré a buscar yo, tu tranquila y distruta del fin de año, ¿vale? -alcé una ceja mirándola y antes de que me replicase la callé besando sus labios con dulzura. Reí por lo bajo ante mi pequeña maldad y la miré divertido ante su curiosidad por mi sorpresa, en la cual obviamente ni pensaba, sabiendo que leía mi mente. -Vas a tener que fastidiarte y vivir las sorpresas al modo tradicional... -dije con ritintín y la abracé de nuevo recostando mi rostro junto al suyo bailando lentamente.