No pensaba venir al baile. De hecho había llegado tarde.
Había sido una idea espontanea, había cogido el único vestido que tenía, me había puesto unos tacones de mi madre y había venido.
¿Para qué? Ni idea.
El ambiente apestaba a vampiro, había muchos -aparte de los Cullen- y me ponía nerviosa.
Pedí algo para beber y me quedé sentada en una banqueta, jugueteando con la pajita de mi coctail.