While my guitar gently weeps [Libre]

Estaba aburrida en casa y no tenía ánimos de quedarme ahí, así que cogí un par de cosas y caminé hasta el parque de Forks. Era impresionante cómo sentía que mi vida estaba cambiando y para mal, cómo mi mundo se iba derrumbando poco a poco... aunque no quisiera aceptarlo, sentía que las cosas con Emmett estaban yendo mal, demasiado para mi gusto...
Todo por culpa de la humanita esa... claro! ella necesita protección porque es débil y torpe... ella es frágil porque llora, porque siente dolor, es adorable porque se sonroja... cosas que yo no puedo hacer, obviamente, porque soy vampira... pero eso no hace que sienta menos dolor que ella...
En qué momento empezó todo esto? no lo sé y creo que la "brillante" idea de pretender no conocernos fue la culpable de esto...

Abrí mi bolso y saqué un pequeño espejo, mis ojos estaban algo vidriosos lo que en lenguaje vampiro significa llanto, porque no podemos llorar. Suspiré y me acomodé el cabello para que cayera sobre mis ojos y así nadie hiciera preguntas. Cogí mi guitarra, un regalo de Carlisle cuando nos fuimos a España y yo estaba obsesionada con aprender a tocarla... sonreí al recordar esos momentos...

Empecé a tocar unas notas tristes mientras me ponía a cantar, no lo hacía a menudo, menos en lugares públicos, pero a estas alturas, ya todo daba igual

Rose parecía concentrada tocando su guitarra en tanto llevaba los ojos cerrados. Me senté junto a ella y una vez terminó su canción le di un pequeño aplauso. -muy bonito Rose- dije con un tono dulce. Sonreí y enrollé uno de mis brazos alrededor de su cuello y la acerqué a mi para besar su mejilla. No hacía falta ver su rostro para notar que estaba triste, la conocía demasiado como para percibirlo fácilmente. -Cuentame que te ocurre prima, que para eso estoy- Saqué mi brazo dejando que ella se acomodara a su antojo.

Sonreí al ver a Tanya, realmente me alegraba demasiado verla, necesitaba hablar con alguien y quién mejor que ella que siempre había sido mi amiga y mi confidente. La abracé con fuerza por minutos interminables y luego susurré - quiero irme de Forks... quiero irme de aquí para siempre, que todos se olviden de Rosalie Hale, que se olviden que alguna vez existí... pero Jasper jamás me lo perdonaría... así que no sé qué hacer, pero no quiero estar en este mugroso pueblo y no deseo volver jamás - bajé la mirada - No me siento bien, Tanya

Me sorprendió el modo en el que mi prima me abrazaba, parecía realmente necesitarme y yo de haberlo sabido antes seguramente habría tardado menos y no solo fiarme de una coincidencia en el parque. -Pues vámonos... - respondí instantaneamente a su petición de largarse, total ¿que mas daba? yo no tenía nada que me detuviera aquí. -Si quieres irte iré contigo... pero para ello debes convencerme antes... ¿que es lo que motiva tus ganas de irte de aquí?... porque ya ves tengo garras y colmillos que podré usar cuando se trata de ayudar a los mios. -

- Emmett... y la humanita esa - solté un suspiro - no soy idiota como para no darme cuenta de lo que pasa con mi marido, Tanya... me duele porque yo jamás podré verme tan frágil como la humana esa, pero en el fondo mis sentimientos son más frágiles... tú sabes por lo que pasé hasta antes de encontrarlo... él le dio sentido a mi inmortalidad... y ahora viene una humana que él dice "proteger" y la pone como su prioridad número uno! es más importante que yo, que he sido su esposa incontables veces!... no puedo vivir con eso, Tanya... soy mejor que ella en muchos aspectos, pero él la prefiere... - solté un bufido de molestia y frustración

Sus palabras me dieron a entender que se trataba de la hermana de Mariella.. Isabella creo que era su nombre, la verdad es que no había tenido oportunidad de conocerla, pero sabía perfectamente de su existencia ya que ultimamente los vampiros no dejaban de hablar de las famosas trillizas que me tenían cabreadas sinceramente. -Puedo matarla si quieres- dije encogiendome de hombros pues sería pan comido para alguien como yo -pero no creo que el resto de mis primos estén muy a favor de ello- añadí. -Edward me pidió que viniese para prestarles protección... ya sabes, aunque para mi ellas no tienen ninguna importancia, no puedo hacer oídos sordos a las palabras de Ed, tu mejor que nadie sabe lo que siento por el.-