¿Un día mas? [Mariella]

Sonreí levemente ante sus palabras y aún mas al ver el rubor de sus mejillas, alcé mi mano libre para acariciar sus cálidas mejillas con mi dedo levemente, hasta podía sentir sus palpitaciones bajo aquel rubor tan extraño en ella, pero que no dejaba de serme agradable. Reí levemente ante su pequeña confesión, otro punto en común para nuestros dones. -Creo que tu tienes mas mérito que yo... -dije alzando una ceja. -Eres la primera en un siglo que consigue que no oiga nada en mi mente, cuando oigo a kilómetros... -dije divertido y deshice la unión de nuestras manos para pasar mi brazo por detrás de su espalda acercándola a mi abrazándola dulcemente. -Si tienes frio, hazmelo saber... -bromeé divertido y besé su mejilla para después recostar mi cabeza junto a la suya. -Yo ya confiaba en ello... tienes mucho potencial, y no lo digo por halagarte, realmente lo creo... -dije antes de que me acusase de hacerle la pelota o algo por el estilo.

Me abracé a ella con mucho gusto cuando demostró no tener aversion absoluta a mi temperatura helada, acaricié su espalda acercándola un poco mas a mi mientras estrechaba nuestro abrazo, era magnífico estar así y hubiese seguido siéndolo si el grupito de alumnos que salió de la cafetería no me hubiesen recordado que seguíamos en el instituto donde nos podían ver y sacar sus historietas y conclusiones propias. -Que son una panda de cotillas... -murmuré mirandoles con mala cara y besé su sien con cariño. -No te esfuerces en intentar entender sus mentes retorcidas... solo andan sorprendidos por que yo y mi família intimidamos un poco a los humanos, menos a tu família por lo visto... -pensé algo divertido mientras descansaba mis labios sobre su sien la cual besé de nuevo sonriente. La verdad no podía negar que era tremendamente comodo poder comunicarse mentalmente con alguien. -Una oferta de lo mas tentadora... Y la verdad creo que he de confesarte que también soy dado a saltarme las clases cuando me viene en gana... o cuando he de hacerlo... -lo ultimo lo añadí en un tono mas bajo para que no me oyesen nuestros acompañantes y reí por lo bajo. Me levanté y le tendí mi mano para irnos de allí.

Cuando pasamos por la cafetería tuve que reprimirme de hacer alguna locura, sabía a la perfección que cualquier mínima novedad en este pueblo era como un gran acontecimiento mundial, pero esto era el colmo. -Son todos unos envidiosos... -rodé los ojos y sonreí alegremente. Alcé nuestras manos y besé el dorso de la suya sin borrar la sonrisa de mi rostro, ya ni recordaba cuando tiempo hacía que sonreia tanto y tan seguido. -Entiendelo, este pueblo es pequeño... se lo toman todo como la noticia del año... -me encogí de hombros y acaricié su mano en pos de calmarla un poco, tenía un buen carácter eso sin duda. En cuanto estuvimos fuera eché un vistazo al tiempo, estaba nublado, pero cada vez menos y eso no terminaba de gustarme. -Se está aclarando el día... perfecto... -mascullé de mala gana. -Pues creo que o un sitio cerrado o uno bien apartado... -dije haciendo una mueca de desagrado.

Tuve que contenerme de echar a reir por los pensamientos de Marie, quien se había echo un lio ella sola ante sus propias palabras pensando en si las interpretaría como algo indecente o no y después planteandose si la estaría oyendo y si eso me llevaría a lo mismo, de nuevo siempre el mismo tema. -Podemos ir a tu casa sin problema, Charlie no tiene ni que enterarse de que he pisado alguna vez ese sitio... además mi familia le cae bien y el a nosotros... no entiendo porque no va a tenerme aprecio... -comenté divertido y besé su mejilla que estaba sonrojada de nuevo. -Ya he conseguido que te sonrojes dos veces hoy, creo que es un nuevo record... -susurré a su oido y la besé bajo la oreja. -O podemos ir a mi casa si allí te sientes mas segura... aunque no creo que haya nadie... -me encogí ligeramente de hombros. -Como quieras... -la miré con una sonrisa y le aparté un mechon de pelo del rostro.